La entrada principal de la emigración cubana en el sur de la Florida comenzó en primer lugar en 1959 después de que Fidel Castro asumió el poder en Cuba.
Protestando por el régimen comunista, muchos cubanos acudieron a las inmediaciones de la Florida con la esperanza de lograr un avance económico y la libertad de la opresión que encontraron en Cuba. Los cubanos han sido más o menos satisfacción en la Florida desde la primera oleada de la emigración en la década de 1950 debido a que son comúnmente considerados como refugiados que huyen de la persecución política y por lo tanto adjudicada ciertos beneficios de los refugiados. Una política llamada Wet Foot Dry Foot dicta que una vez que un inmigrante cubano pasos sobre la tierra seca en la Florida se convierte automáticamente en ciudadano. Hoy en día, la mayoría de inmigrantes cubanos en la Florida llame a su casa del distrito de Miami-Dade, y residir en la Pequeña Habana, centrada alrededor de la Calle Ocho.
